Los desafíos de luchar contra él

Poner fin al deudor moroso requiere una mayor determinación de las autoridades fiscales y las armas especiales, que son objeto de una importante discusión en los tribunales. Entiende por qué

por ETCO
28/10/2015

En teoría, sacar al deudor predeterminado del mercado podría ser simple. Las autoridades tributarias harían un cuidadoso trabajo de prevención para identificar actitudes sospechosas, como transferir la empresa a una naranja o deshacerse de los activos, y tomar medidas para evitar que la deuda se vuelva impagable. Los casos no resueltos en la etapa de cobro administrativo llegarían rápidamente a los tribunales, lo que también sería rápido para separar el trigo de la paja, es decir, verificar si la acción se refiere a un deudor persistente o no. En poco tiempo, la compañía sería juzgada, condenada y obligada a actuar correctamente o desaparecer del mapa.

Desafortunadamente, Brasil aún no cumple con este conjunto de condiciones, y la batalla ha sido mucho más complicada. La prevención no es exactamente la especialidad de las autoridades fiscales; La justicia es lenta y faltan leyes específicas para condenar esta práctica. "A menudo es difícil averiguar quién es el verdadero deudor, dónde están sus activos, antes de que la deuda termine siendo demasiado alta, y estos cargos, inmensos e imposibles", dice el juez Paulo Sérgio Domingues, del Tribunal Regional Federal de la 3ª Región.

La buena noticia es que las fuerzas que luchan contra el gran deudor están tomando forma, reuniendo a jueces, abogados, administradores de impuestos y asociaciones. "Necesitamos encontrar armas para combatirlos", dice Evandro Guimarães, presidente del ETCO-Instituto Brasileño de Ética en Competencia, que definió la lucha contra el deudor persistente como una de sus prioridades. "El impuesto sistemático, premeditado y que no paga es un gran terrorista en el entorno empresarial".

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